martes, 1 de septiembre de 2009

Siente...

Llora y llora y ya no puede más, sigue llorando aunque las lágrimas hayan decidido dejar de correr por su cara hace horas. Nada la consuela, nunca más volverá a sonreir, su corazón late por inercia, como si esperara algo para dejar de latir, y ya no le quedan ganas de vivir. No piensa en nada, no siente, simplemente la vida se le escapa por entre los dedos sin que intente impedir su huída. Está sola en esa gran casa vacía y vieja, tirada en el suelo y con la mejilla apoyada contra el duro mármol del suelo. Nadie puede ayudarla, y tal vez, aunque pudieran no lo harían. Intenta respirar con normalidad, pero sus pulmones se niegan a recibir el aire que debería inundarlos segundo a segundo. Morir sería más fácil, menos doloroso, sea la muerte que sea, porque vivir sin vida es un castigo demasiado injusto, una existencia en la que ves pasar el mundo y sus habitantes y en que tu no eres partícipe.
Y sin venir a cuento, en un momento no más especial que los anteriores, sonríe tristemente, sus ojos se iluminan por algo que no son lágrimas y reúne las pocas fuerzas que le pueden quedar para levantarse, y avanza pesadamente hasta que se frena y abraza a la nada, al aire, a algo seguramente inexistente, sonriendo mientras hace esfuerzos titánicos para sostenerse. Y antes de desplomarse en el duro y frío mármol sin la poca vida que le quedaba, susurra:
- Guíame, mi ángel, de vuelta a tus brazos…

1 comentario:

  1. tia, soy tu fan, lo sabes
    eres la ostia y te lo he dicho muchas veces sigue asii pequeñaaa ^^

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