jueves, 29 de octubre de 2009
I gotta feeling.
“Te atreves a dejarme colar en tu vida enana?”
Salí al pasillo para buscarte, pero no te vi, asique me di media vuelta para entrar en casa, cuando de repente sentí tus manos impidiéndome ver.
- Tienes ya una respuesta?
- Tú que te crees?
Y me destapaste los ojos y me besaste lentamente mientras me abrazabas. Entramos en mi casa sin dejar de besarnos, como si el mundo se acabara. Las flores se quedaron tiradas en algún pequeño rincón mientras yo te conducía a mi habitación. Te quité la camiseta lentamente, viéndote con los ojos cerrados, la respiración agitada y tu perfecta sonrisa. Tú me recorrías lentamente la espalda con tus dedos, provocándome escalofríos a todo momento. Tu mano llegó hasta mi trasero y me acercaste a ti apretando fuerte, recorriendo mi cuello con tus labios. Me quité la camisa y te sonreí, mientras mis manos bajaban a tu cinturón y te lo desabrochaba. Te fui bajando el pantalón con tu ayuda, hasta que te quedaste en bóxer. Me echaste encima de la cama y me sacaste el pantalón sin dejar de sonreír. Te pusiste encima de mía y comenzaste a acariciarme lentamente, llegando a mi espalda, para desabrocharme el broche del sujetador y tirarlo al suelo sin fijarte donde, y después comenzaste a besar lentamente mi cuerpo, de la cabeza a los pies, y en un momento, me desnudaste por completo, haciendo tú lo mismo. Me estiré y cogí un condón de la mesita, y me apuré a ponértelo, y entraste en mi tan rápidamente que tuve que cerrar los ojos y morderme el labio para no gritar de placer. Te quedaste quieto con tus manos en mi trasero impidiendo que me moviera.
- Abre los ojos Natalia.
Los abrí y vi tu cara sonriente, con los ojos brillantes. Te moviste lentamente hacia atrás, provocándome un escalofrío y un gemido, pero continué mirándote fijamente.
- Te amo pequeña. Joder, como te amo.
Y empezaste a moverte sin pausa, apurando más cada vez, haciendo que de mi boca salieran miles de gemidos. Y de repente, sentí tu mano en donde estábamos unidos, acariciándome lentamente, y me dejé llevar por el éxtasis, uniéndote tu momentos después. Nos quedamos acostados entre las sábanas, tú con tus manos en mi cintura, las mías en tu cuello, y nuestras piernas entrelazadas.
- No sé como decírtelo Álex.
- Lo que?
- Que te quiero, para que suene tan especial como cuando me lo has dicho tu.
- Ya lo acabas de hacer.
- Pero no ha sido especial.
- Todo lo que tú hagas, o digas, será especial para mi pequeña.
Y me besaste suavemente, recorriendo mis labios con los tuyos como un simple roce.
Nos pasamos media mañana en la cama, entre susurros, caricias y sonrisas hasta que te levantaste, te vestiste, y caminaste hasta la cocina con una sonrisa picarona. Me vestí con lo primero que encontré en el armario y fui a mirar que hacías. Y allí estabas preparándome un café con las flores que habían quedado olvidadas colocadas encima de la mesa.
- Desayuno a media mañana y paseo por la ciudad, que dices?
- Si quiero! – te contesté entre risas.
- Oh, soy el hombre más feliz del mundo.
Y entre bromas, nos preparamos para salir, apagué las luces, y entramos en el ascensor.
jueves, 22 de octubre de 2009
I gotta feeling.
- Sophie, cállate!
Todo el mundo nos miraba, ya que ella era incapaz de hablar como la gente normal, y parecía que tenía un megáfono incluido de serie.
- Pero tía, es que tengo razón, lo vuestro es muy rarito eh?
- Haber, tampoco sé si tenemos algo…
- Pero bueno! Llevas dos días seguidos en su casa, tres y medio si contamos el otro día. Eso es por algo tonta, no porque a él le guste lo bonita que quedas como lámpara.
- Pero serás idiota!
Y nos comenzamos a reír a carcajadas, sin importarnos estar rodeadas de gente.
- Bueno, bueno, hablemos de otra cosa. – le dije – al final como vas a hacer con el curso?
- Pues no sé. Creo que repetiré en vez de dejarlo, porque al fin y al cabo, no voy a sacar cinco en segundo de bachiller, asique repetiré, me prepararé bien, y ya decidiré lo que voy a hacer.
- Como no vas a sacarlas? Tienes dos meses para estudiar a fondo y pirarte del instituto, aprovéchalos!
- Lo intentaré, pero bueno, por si acaso ya me hago a la idea. Y tú qué vas a hacer con tu primer verano libre sin estudios?
- Disfrutar, y no hacer absolutamente nada…
- En casa de Álex no? O en la tuya?
Y otra vez llenamos el bar con nuestras risas tontas, como las adolescentes que estábamos dejando de ser. Se avecinaban grandes cambios, como las separaciones de tus compañeros de clase y los nervios por comenzar algo nuevo donde nadie te conoce. Dios, como iba a echar de menos a Sophie en su vida día a día.
Las horas siguieron pasando mientras las dos nos íbamos de compras y cenábamos en un burger. Al acabar el día, llegué muerta a casa, pero aún seguía sonriendo por las tonterías de Sophie.
Puse las bolsas en la cama, encendí el portátil, y recogí la ropa nueva. Me duché, me puse el pijama, y, cogiendo el portátil, me senté en la cama. Miré el msn, pero no, tu no estabas conectado, sin embargo tenía un correo tuyo en la bandeja de entrada.
“Un día sin tenerte al lado y te extraño en casa. Pronto te veré, tenlo seguro. Buenas noches, y que sueñes con cosas tan bonitas como tu enana. Un beso.”
“Álex! Yo también te he echado de menos. Y ahora tendré que soñar contigo, ya que eres lo más bonito que puedo conocer. Muchas ganas de verte. Kiss!
Y, apagando el portátil, me dispuse a soñar con una vida eterna. A tu lado.
viernes, 9 de octubre de 2009
I gotta feeling.
- Honey honey!
- Por fin, la señorita desaparecida ha dado una señal de c¡vida! Donde te has metido tía? Llevo desde el lunes sin saber nada de ti, y he ido hoy a tu casa y no estás.
- Ai tía, ya te contaré! Que estoy en casa de Álex.
- El chico de la bebida de la discoteca? Ai dios, cuéntamelo ya, por favor!
- Jajá, quedamos un día y te lo cuento vale?
- Mañana, mañana, mañana!
- Bueno vale, y le quitas a Álex el agobio de tenerme en su casa otro día más.
Y le escuché reírse mientras continuaba guardándolo todo. Continué hablando con Sophie un rato más mientras sentía como me mirabas sonriendo apoyado en la puerta de la terraza. Cuando colgué, te acercaste a mí.
- Asique esa chica va a secuestrarte no?
- Pagarás después el rescate?
- Créeme, lo pagaría todo con tal de tenerte al lado enana.
Y me diste un pequeño beso.
- Venga, vístete y nos vamos de paseo, tenemos que aprovechar la tarde y después te dejo en casa a las doce como a Cenicienta.
Asique nos vestimos y salimos a la calle. Comenzamos a caminar sin rumbo solamente por el placer de caminar. Al cabo de un rato aparecimos en el parque, donde había un puesto de helados con muy buena pinta. Nos acercamos a él y comenzaste a mirar los sabores.
- Me puedes dar uno grande de mora y pistacho y otro de…?
- Tarta de queso y frambuesa?
Y nos adentramos en el parque comiendo nuestros helados gigantes. Encontramos una zona muy tranquila con un tronco cortado en donde nos sentamos. Tú le diste un lametazo a tu helado y me besaste, volviéndome loca con la mezcla de sabores. Comenzamos a hacer el tonto y acabamos perdidos de helado, como si fuéramos niños pequeños y no adultos de veinte años.
- Espera enana, que te limpio.
Y comenzaste a darme besitos por toda la cara, haciéndome pequeñas cosquillas. Al final cogiste un pañuelo y me limpiaste lentamente sin dejar de sonreír. Nos levantamos y seguimos caminando por el parque como un par de enamorados, cogidos de la mano.
Cuando comenzó a anochecer, fuimos caminando lentamente hacia mi casa, yo acurrucada en tu chaqueta que me habías dejado cuando comencé a temblar del frío.
- Ya tengo que dejarte marchar enana.
- Bueno, no creo que tardemos mucho en vernos verdad? Esta vez mi casa, o seguiré de ocupa en la tuya?
- Ya veremos, no vamos a hacer planes, vamos a dejar que todo surja. Quién sabe? Tal vez aparezco aquí sin avisarte. No, quédatela –me dijiste cuando comencé a quitarte tu chaqueta- quiero que te la quedes y así poder tener más escusas para volver a verte.
Y me besaste suavemente, acercando con tus manos en mi cintura tu cuerpo al mío.
- Venga enana, que duermas bien. Te echaré de menos a mi lado esta noche y las siguientes que pase sin ti.
Otro beso, un poco más duradero que el anterior. Me soltaste, sonreíste, y te diste media vuelta para irte caminando lentamente. Subía casa, recogí un poco todo, y me fui al dormitorio. Me metí en cama con tu chaqueta, para intentar simular que estabas a mi lado. Recordaba cada momento de estos dos días, y, sobre todo, la expresión de tu cara cada vez que me mirabas. Miré hacia la ventana que había dejado abierta como cada noche y, pensando en que tú también estarías mirando las estrellas, cerré los ojos, visualicé tu imagen, y me permití dormir para soñar contigo.
jueves, 8 de octubre de 2009
I gotta feeling.
- Good morning sunshine.
- Bueno días pequeño, llevas mucho rato despierto?
- Un poquillo, cada vez que respirabas me hacías cosquillitas, asique no podía dormir.
- Oh. Lo siento…
- No lo sientas, me encanta verte dormir, ya te lo he dicho.
Y te moviste, atrapando mis labios son los tuyos en un beso.
- Mmm, que rica estás recién levantada enana.
Y esta vez te besé yo, acercándome más a ti hasta terminar encima de ti con mi cuerpo completamente pegado al tuyo. Saboreé todo lo que pude tu boca, recorriendo tus labios con mi lengua mientras tu me acariciasbas suavemente la espalda.
- Me encantas enana. Y como sigamos así, no te dejaré marchar nunca de aquí.
- Puede ser que yo me deje secuestrar por ti, lo sabes?
Me sonreíste y me volviste a besar antes de levantarte conmigo en brazos y dejarme junto a la terraza.
- Espera aquí, voy a por algo de comer.
Y me quedé mirando la ciudad, como todo el mundo acudía a su trabajo y los niños disfrutaban, como nosotros, de sus recién estrenadas vacaciones de verano. Apoyada en la barandilla me sentía gigante comparada con el resto del mundo. Te sentí detrás de mí pero seguía tan fascinada por la visión que no podía dejar de mirarla. Y me abrazaste por detrás, apoyando tu cabeza en mi hombro, mejilla contra mejilla.
- Que pasa Naty? Estás muy pensativa.
- Me siento enorme. Y rara. Todo el mundo tiene un plan, algo inmediato que hacer, y yo, aquí, con el único plan de seguir mirándote sin parar, como si el tiempo se hubiera parado en este edificio y nada importara salvo tu y yo.
- Enana, este verano, si tu me dejas, voy a hacer que te sientas así. Quiero que ocupes todos los planes que yo pueda tener. Y después, ya veremos lo que pasa.
Me hiciste darme la vuelta y me besaste con ganas, como si el mundo estuviera a punto de acabarse. Sentía la barandilla presionando en mi espalda, el aire corriendo por mi nuca a través del pelo, y tus manos colocadas en mi cintura. Al cabo de un rato te separaste de mi con la respiración tan disparada como la mía y los labios un pelín hinchados. Me sonreíste, me cojiste de la mano, y nos fuimos a comer.
miércoles, 7 de octubre de 2009
I gotta feeling.
- Sabes? Creo que nos estamos volviendo nocturnos.
- Puede ser. –me respondiste- pero si por mi fuera no dormiría nunca con tal de poder mirarte para siempre.
- Mira que eres ñoño eh. –te sonreí- pero deberías dormir. Venga, vete para cama, que yo estaré aquí y prometo no escaparme.
- Duerme conmigo Nati.
- No creo que sea buena idea Álex, yo…
- Eh enana, solo es dormir, nada más. Quiero levantarme mañana y que tu cara sea lo primero que vea. No estoy pidiendo nada más, y sobre todo, no quiero que pienses que solo te he traído aquí para acostarme contigo.
- Pero no tengo ni pijama ni nada.
- Espera, ven.
Nos levantamos y te seguí hasta el armario, de donde cogiste un par de pantalones de chándal y una camiseta.
- Mira, este pantalón y esta camiseta creo que te servirán. Pruébatelas, que no voy a mirar.
Y te diste la vuelta. Me desvestí rápidamente y apuré a ponerme la ropa.
- Ya, ya puedes mirar.
- Ya sabía yo que te sentarían bien. Te importa que yo duerma sin camiseta? Si te importa me pongo una, pero normalmente no la uso.
- Y perderme esa vista? Por favor, te obligo a dormir sin ella.
- Está bien, pues date la vuelta.
Y entre risas me giré para que te vistieras. En un momento me abrazaste por detrás y me diste un beso en el cuello.
- Venga, a la cama enana.
Me quedé sin palabras al verte. Y cuando avanzaste hacia la cama me fijé en una cicatriz que recorría tu costado. Te tumbaste en la cama y me hiciste señas para que yo también fuera. Me tumbé a tu lado, y con la yema de los dedos recorrí los cuadraditos que se marcaban en tu estómago. En un momento dado, recorrí suavemente la cicatriz.
- Puedo preguntarte sobre ella?
Te miré y estabas mirando hacia el techo, a un grupo de estrellas que se veía. Seguiste en silencio durante unos minutos, y, cuando pensé que no me responderías, comenzaste a hablar casi en susurros.
- Fue con el cristal de una puerta. De una parecida a estos ventanales. Tenía nueve años, y vivía con mi padre. Él era muy violento, aunque nunca me llegó a pegar. Solo gritaba, y, ocasionalmente, un empujón contra algo, que eran las únicas heridas que podía llegar a tener. Ese día volví del colegio con un corte en una mejilla que me había echo al defender a mi entonces mejor amigo en una pelea. Tal cual entré en casa, él comenzó a gritarme. El olor a alcohol era muy fuerte. Sigió gritando fuera de control, y me empujó contra la puerta de cristal que daba al jardín. No me pasó nada, me levanté y me dispuse a subir a mi cuarto para que no me pudiera seguir gritando, pero me cogió y me volvío a empujar. Tropecé, y me fui contra la puerta otra vez. Todavía quedaban cristales colgando, y uno se me clavó en el costado. Comencé a sangrar y me desmayé. Cuando desperté, había pasado una semana y no sabían nada de él. La vecina lo había visto cubierto de sangre marchándose de casa, y fue ella quien me encontró desangrándome en casa. Me pasé otro mes en el hospital, pasando operación tras operación. Mi padre había desaparecido por completo, y él era la única familia que tenía. Asique me pasé un par de años de familia en familia hasta que apareció Isa. Estuve dos semanas en su casa, y decidió adoptarme. Fue como la madre que nunca había conocido, y me permitió tener un buen futuro. Y hace año y medio, murió en un accidente. Ella me dejó todo esto, y este era nuestro lugar preferido, para venir a soñar.
Sin saber que decirte, te abracé fuerte y te besé suavemente. Colocaste tu mano en mi cintura y nos quedamos mirando las estrellas en silencio. Cuando tu respiración se ralentizó y estuve segura de que dormías, me permití cerrar los ojos.
I gotta feeling.
- Enana, has venido. – dijiste mientras abrías la puerta y sonreías sin parar
- Es que creo que le he cogido cariño a la secadora de tu casa. – bromeé.
Me cojiste de la mano, me llevaste al salón y me tendiste la misma manta del otro día. Sonriendo, me quité el jersey y me acurruqué en ella.
- Mmm, definitivamente también echaba de menos tu manta. Oh, estabas viendo una peli?
- Si, el Club de la Lucha, quieres verla conmigo?
- Pues claro! Brad Pitt sin camiseta, se me cae la baba.
Te sentaste a mi lado, poniendo el brazo a mi alrededor y acercándome a ti. Al final terminé con la espalda apoyada en ti, y tu mano acariciando mi brazo suavemente. Y cerré los ojos…
Me desperté aturdida, y al abrir los ojos me encontré con tu mirada y tu sonrisa.
- Has dormido bien enana?
- Oh dios, lo siento, no sé como me he quedado dormida.
- Me gusta verte dormir, ronroneas como un gatito.
Me sonrojé y tu te reíste, y me acariciaste la mejilla con la yema de tu dedo. Balaste lentamente la cabeza hasta besarme. Un simple roce de tus labios con los míos, y te levantaste.
- Venga, te apetece comer algo?
- Mmm, siento que me estoy aprovechando de ti en tu propia casa.
- Enana, no sé quien se puede aprovechar más.
Y nos echamos a reír mientras caminábamos a la cocina. Ya estaba la mesa puesta, con unos suculentos platos de espaguetis con boloñesa.
- Me vas a malacostumbrar y después no saldré de tu casa.
- Hay algún problema en eso?
Joder, que sonrisa. Ahí me quedé hechizada mirándote mientras te sentabas enfrente mía. Comenzamos a comer al mismo tiempo que compartíamos bromas. Cuando terminamos, te ayudé a recoger, me diste mi jersey, que ya estaba seco, y me cogiste de la mano sin decirme a donde íbamos. Salimos al pasillo, cerraste la puerta, y de repente ya no vi nada, una venda tapaba mis ojos.
- Álex?
- Estoy aquí enana. Solo quiero llevarte a un sitio, no temas.
Me colocaste las manos en la cintura y comenzamos a andar lentamente. Al cabo de un momento, me hiciste parar, sentí abrir una puerta y me quitaste la venda. Estábamos en la puerta de un piso lleno de luz. Entré y todo eran ventanales, incluso en el techo, la mayoría eran grandes cristaleras desde donde se podía ver el cielo azul. Se podía ver toda la cuidad desde aquel piso.
- Es tuyo? –te pregunté.
- Si, quería enseñártelo, es mi pequeño lugar para desconectar.
Me fijé en los muebles. Una sencilla cama grande entre dos de los ventanales, con un par de muebles cerca, un armario empotrado en la pared de enfrente, y una nevera pequeña. Todo muy simple, pero acorde. Fuiste hacia un ventanal, lo abriste y te giraste hacia mi, invitándome a ir hacia ti. Me acerqué y pude ver una pequeña terraza acristalada con un pequeño sofá en una de sus esquinas. Nos sentamos, me abrazaste y comenzamos a hablar otra vez. Parecía que teníamos que contarnos todo, sin perder detalle de la vida del otro mientras veíamos atardecer. Y así hasta las tantas de la madrugada, viendo las estrellas y hablando en susurros.
lunes, 5 de octubre de 2009
I gotta feeling.
El futuro.
-A donde quieres que te lleve hoy? –Me preguntas como cada día.
-A nuestro futuro juntos, te parece bien?
En ese momento, me aprietas la mano y comienzas a andar, llevándome por un sendero desconocido. Siempre me sorprendes con tus ideas. Como aquella tarde en la que me llevaste al río y me retuviste en el borde con un precioso beso. O aquella tarde en la que me preparaste un pequeño picnic en el prado que se veía desde mi casa. Esta vez, como siempre, las mariposas de mi estómago no dejaban de bailar acompasadas con el ritmo rápido de mi corazón. En un momento, me sueltas, me pones tus cosas en mis manos, y te pones detrás de mí, tapándome los ojos.
- Shh, no preguntes pequeña, solo camina, que no dejaré que choques.
Y me das un beso en la mejilla. Contino andando, con la duda sobre que pasará, a donde me llevas. Y, me haces parar, me destapas los ojos, y te situas a mi lado. Puedo ver en el suelo, al lado de un viejo olivo, una cajita de colores con nuestros nombres escritos.
Y nos sentamos en el suelo, comenzando a llenar esa caja de recuerdos escritos en pequeñas hojas de papel. El tiempo pasa entre risas, suspiros y besos. Al final, cuando la noche ya se acerca, cerramos la caja y la enterramos cerca de una raíz que creaba una pequeña cueva a ras de suelo. Me llevas a casa, todo el camino abrazándome con tu mano en mi cintura, sin dejar de mirarme. Y, al llegar a casa, me das un pequeño beso de buenas noches. Cuando subo a la habitación, una piedra choca contra mi cristal, y, cuando miro, me gritas un “Te amo” y te vas, dejándome con una sonrisa en la boca.
domingo, 4 de octubre de 2009
Siempre.
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“No llores pequeña. Recuerda, y sonríe. Te amaré desde donde esté, y nada podrá cambiarlo. Disfruta, siente, sonríe, y ama. Y recuérdame como la persona que intentó compartir tu vida a tu lado mientras el destino nos dejó.”
Ellos.
viernes, 2 de octubre de 2009
Sin nada más que decir.
jueves, 1 de octubre de 2009
Amistad, Simple y directa.
Era invierno, y ya la nieve lo había cubierto todo. Y allí estaba ella, bajo la ventisca, dejando que el viento y la nieve le revolvieran el pelo y la balanceara con su fuerza. Lloraba silenciosamente, como un murmullo, con los ojos cerrados, para, tal vez, no ver la realidad. Y, sin tener nada que ver en la escena, me adentré en ese mundo en el que parecía estar, la abracé, y simplemente susurré:
- Porque cuando quieras llorar, aquí tendrás un hombro.
Existe un mundo paralelo, en el que todo parece distinto, se siente distinto, se sufre, se ama, se ríe y se llora también, pero es distinto. Un mundo que algún día acabará, sin remordimientos, pero un mundo en donde otras personas pueden colarse suavemente en nuestras vidas sin pausa. En ese mundo, está ella. Esa persona por la que ahora mismo lo daría todo para poder abrazar y llorar y reír juntas. Porque siempre, es siempre, por lo menos en nuestro caso. Te quiero. Y mucho.
martes, 29 de septiembre de 2009
EGOISTA.
Me gustaría saber que pasa por tu mente, por tu corazón. Quiero saber que sientes cuando te abrazo, si es lo mismo que siento yo, ese pequeño cosquilleo en el interior y la sensación de tener tus brazos a mi alrededor, tu respiración acompasada y tu cara tan cerca de la mía. O que sientes cuando me besas, si sientes que tus sentidos se nublan y nada existe más que tu o yo. O, cuando me tocas. Que sientes en ese momento? Sientes el deseo recorrer cada célula de tu cuerpo, sientes la necesidad de ir más allá, de buscar el cielo con un acto primitivo y perfecto? Quiero conocerte, llegar a ser la persona que lo sabe todo de ti. Quiero sorprender con cada faceta tuya, quiero sentir que nadie más que yo puede hacerte sentir algo inesperado, que todo lo que sientas sea yo. Soy egoísta? Puede. No te diré que no, sería mentir. Quiero tenerte y que seas mío, al igual que yo soy tuya de una manera completamente nueva para mi.
viernes, 25 de septiembre de 2009
Era imposible no sonreír. Pasara lo que pasara, estar aquí era todo lo que necesitaba para olvidar. Con tu cuerpo entre mis brazos y mi cabeza recostada en tu pecho escuchando el suave aleteo de tu corazón. No hacían falta palabras. Es más, este silencio era perfecto. Tu mano no hacía más que acariciar mi pelo y mi mejilla mientras la otra estaba posada suavemente en mi cintura. De repente, te moviste y te colocaste delante de mí, con tus manos en mis mejillas y mirándome fijamente.
- Sabes que te amo verdad? Que no quiero volver a verte llorar, no quiero verte destruida. Quiero ser quien consiga mantenerte arriba siempre. – me dijiste con suavidad y firmeza.
- Lo haces. Ya solo con mirarme me mantienes contigo. No puedo evitar estar mal, pero tu presencia me calma, me da paz. Consigues tranquilizarme, hacerme sonreír con tan solo tenerte. No puedo pensar en nada más que en ti, en tenerte, en tocarte, besarte y sentirte. Lo eres todo pequeño. No lo digo como unas simples palabras, es mucho más, te hablo con el corazón, porque ya es tuyo, ya solo late por ti, ya lo único que quiere es a ti.
Y me besaste, cambiándolo todo, volviéndome ansiosa y febril. Me fui acercando sin dejar de besarte, hasta terminar encima de ti tumbados en la cama. Tus manos recorrían lentamente mi cuerpo, encendiendo todo a su paso.
- Estás completamente segura pequeña?
- Nunca he estado tan segura de nada. No pares, no lo hagas.
Y seguiste, despojándome suavemente de cada centímetro de ropa que impedía el toque de nuestra piel. Y sucedió. Te sentí, llenando todos mis sentidos, primero lentamente y después en una pequeña lucha acelerada, siendo uno los dos, amándonos.
Y en el momento en el que los dos llegamos al paraíso de la pasión, un “te amo” salió al unísono de nuestras bocas. Ahí me di cuenta de que serias el único que me tocara, que hiciera sentir y desear, que llenara mis sentidos. Toda tuya, para siempre.
lunes, 21 de septiembre de 2009
sábado, 19 de septiembre de 2009
Que bonito era cuando no tenía que mirar al infinito para poder hallarte. Que bonito era saber que estarías ahí siempre. Que bonito sentir que nunca nada dejaría de ser bonito. Y que jodido se me hace ahora ver que ya no estás, que tengo que hacer cola para poder encontrarte, que ya no eres para mi, sino que eres para el mundo, un mundo en el que yo no estoy incluída. Te echo de menos, y te lo he dicho, y tu no me contestas. No me quieres, lo he admitido, pero duele, duele como no pensé que podía llegar a doler. Porque tu has llegado a ser todo, has cambiado mi interior, y has acostumbrado a mi corazón a tus palabras. Y ahora desapareces, me has dejado sola, sin tus acciones y palabras, sin tus sentimientos escondidos tras una muralla. Tú, solo tu, y siempre tu, aunque en unos años pueda no recordarte con claridad, pero serás solo tú.
jueves, 17 de septiembre de 2009
martes, 15 de septiembre de 2009
<3
-Porque no me contestas?
-Porque no conozco la respuesta, no puedo expresarla con palabras.
-Eso que significa pequeña?
-Que que significa? Quiere decir que no sé definir como me siento cuando te veo acercandote, cuando miro mi movil y veo tu nombre, cuando en cámara solo están tus fotos. No sé que decir sobre la emoción de tus besos, tus abrazos, tus caricias, o tan solo tu presencia. Tampoco sé como explicarte lo que pasa por mi cabeza cuando sueño contigo y me despierto anhelando tu cuerpo pegado al mío. No puedo explicar lo que pasa en mi corazón cuando estoy contigo o sin ti, solo puedo decirte que lo eres todo.
No hubo más palabras esa tarde, pero si mucho sentimiento. Muchos besos, caricias, y abrazos. Y muchos te amo dichos sin palabras.
domingo, 13 de septiembre de 2009
:D
-Confías en mi? .- me preguntaste
- Ya sabes que si.
- Pues cierra los ojos. No tengas miedo, pero quiero que los cierres solo un momento.
Y lo hice, y sentí tus labios cerca de mi oreja, lo que provocó un escalofrío. Abrí la boca para preguntarte que ibas a hacer, pero pusiste tus dedos sobre mis labios.
- Shh, no preguntes, siente.
Y no pregunté, me dediqué a sentir tus labios en mi frente, en mis párpados, en todos lados, menos en donde quería sentirlos. Al final, lo hiciste, me besaste. Primero sentí un pequeño cosquilleo, y despues, eras tu, solo tu. Tu sabor, tu toque, tu presencia. Todo tu. Y el mundo, tal y como lo conocía, cambió, para convertirse en nuestro mundo lleno de tus besos.
viernes, 11 de septiembre de 2009
!
- Ven conmigo.
Como no iba a hacerlo? Eras tu quien me lo pedía. Asique agarré tu mano, entrelacé mis dedos con los tuyos, y me dejé llevar, me daba igual a donde, si hacía falta, caminaría hasta el fin del mundo para no tener que separarme de ti.
Y, de repente, vi la ciudad como nunca la había visto. No me había dado cuenta, pero me habías llevado a la roca que te había comentado que observaba desde la ventana de mi cuarto. Y en ese momento, mi corazón saltó, tan alto que temí que se perdiera. Me hiciste sentarme en la roca, te sentaste detrás, y me rodeaste con tus brazos.
- Es sencillamente precioso. Gracias.
Te dije con un hilo de voz, empañada por la emoción.
- Si, la verdad, no hay mejor vista.
Giré la cabeza y me di cuenta que me estabas mirando a mi, con los ojos brillantes. Mi cara comenzó a ponerse roja de la verguenza, pero no podía apartar mi mirada de tus ojos, no quería. Y en ese momento, acercaste tus labios a los míos, como tantas veces había deseado calladamente, y nuestro primer beso fue tan dulce como lo había pensado. Al cabo de un rato, te separaste, apoyaste tu mejilla en la mía y comenzaste a susurrarme palabras de amor que nunca antes había pensado escuchar.
- Te amo, para siempre.
miércoles, 9 de septiembre de 2009
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Cambios
jueves, 3 de septiembre de 2009
ÉL :):)
Ya tu sabes, verdad? Primera entrada que dedico, y todo para un niño al que le tengo un cariño tremendo, y que espero no perderlo NUNCA. Te prometo que algún día, las fotos ya no te las sacarás tu solo, sino que mi cara también aparecerá! :)
Nahi zaitut anaiatxoa / Nahi zaitut adiskide hobea
Te quiero Miguee, mucho, ya tu sabes (L)
E.
Sentimientos en papel
miércoles, 2 de septiembre de 2009
NO!
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martes, 1 de septiembre de 2009
Siente...
Y sin venir a cuento, en un momento no más especial que los anteriores, sonríe tristemente, sus ojos se iluminan por algo que no son lágrimas y reúne las pocas fuerzas que le pueden quedar para levantarse, y avanza pesadamente hasta que se frena y abraza a la nada, al aire, a algo seguramente inexistente, sonriendo mientras hace esfuerzos titánicos para sostenerse. Y antes de desplomarse en el duro y frío mármol sin la poca vida que le quedaba, susurra:
- Guíame, mi ángel, de vuelta a tus brazos…
lunes, 31 de agosto de 2009
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jueves, 27 de agosto de 2009
TÚ!
martes, 25 de agosto de 2009
TODO!
sábado, 22 de agosto de 2009
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sábado, 8 de agosto de 2009
4#
Lo siento, pero te amo.